WILLIAN Y ETO´O BRILLAN EN STAMFORD BRIDGE

El Chelsea de José Mourinho consiguió una victoria fundamental por 3-0 frente al Schalke 04 de Keller, en el cuarto partido de la fase de grupos de la Champions League. Sin embargo, los problemas tácticos endémicos de los que ya hemos hablado en alguna que otra ocasión volvieron a reproducirse, aunque hubo algunos cambios posicionales que muestran que estos no son, de ninguna manera, ajenos al entrenador portugués. 

El problema en la salida de balón volvió a estar presente, y se está convirtiendo en costumbre en el tratamiento analítico que estamos dándole al Chelsea en ésta página. Ya hemos hablado –incluso el otro día tuve la oportunidad de participar en un Podcast en el que comenté este y otros detalles- del problema que tiene el Chelsea cuando le presionan la salida. El Schalke situó a 2 futbolistas para ensuciar el mecanismo de salida del Chelsea, y su trabajo tuvo sus frutos, especialmente durante la primera mitad.

En esa situación de salida, los extremos del Chelsea se encontraban en posiciones centrales, con los laterales muy abiertos activando una salida lateral. El problema era que el Chelsea perdía la pelota con demasiada asiduidad y no encontraba la forma de avanzar en su progresión del juego. Había apoyos interiores por parte de los extremos. ¿Consecuencia? El balón volvía al centro, porque los laterales podían avanzar, pero solo hasta una determinada altura. Mikel y Ramires no eran capaces de ofrecer soluciones por dentro. El problema es que hay que saber que la amplitud es un concepto fundamental a la hora de encontrar espacios. Si los dos extremos reciben en posiciones centrales, y nadie activa la zona lateral, facilitas la labor al sistema defensivo rival. Eso genera pérdidas en zonas comprometidas.

En transición defensiva ocurría exactamente lo mismo. Los dos extremos estaban cerrados y no ofrecían ayudas a los laterales. Ya hemos hablado de que el sistema táctico del Chelsea exige una función específica a sus extremos, en la que estos, en determinadas situaciones, necesitan cerrar como laterales. Mientras un extremo cierra como lateral, el extremo de la banda opuesta sí ocupa posiciones más centrales. Ese mecanismo defensivo no se respetó y el Chelsea sufrió las consecuencias cada vez que perdía la pelota, especialmente en los primeros compases de la primera mitad.

Al Chelsea le faltaba amplitud en sus extremos. Embotelló tanto la zona central que se cerró los espacios a sí mismo. Mourinho entendió que, más que soluciones, los extremos cerrados estaban generando problemas. Decidió abrir a Schürrle, que convivió mucho más con la cal, al menos como punto de partida, y el Chelsea encontró nuevas formas de progresar. Willian sí encontraba ahora el espacio interior y el jugador brasileño, junto a Óscar, metía al Chelsea en campo rival, como hizo en el partido frente al Newcastle. 

Una vez que el Chelsea se recompuso de unos inicios poco satisfactorios, cobró importancia la figura de Willian. El partido del jugador brasileño fue importante por muchos detalles, entre los que queremos destacar algunos. En primer lugar, a nivel defensivo. Activo en la presión y el repliegue, sumó muchos metros de esfuerzo individual para robar la pelota. En segundo lugar, ofreciendo al Chelsea una salida por dentro, colocándose a espaldas de la presión rival, facilitando, con Schürrle ya abriendo el campo por banda contraria, una salida al Chelsea por banda derecha. Era una forma de meter al Chelsea en campo contrario.

En tercer lugar, ofreciendo una interpretación del juego brillante que permitió la activación de Oscar -increíble su derroche físico- en la mediapunta. Willian ofrecía el apoyo por dentro, rompía a banda derecha, arrastraba marcas, y acercaba a Oscar a la mediapunta. Había situaciones en las que Ivanovic decidía dar progresión a ese desmarque con un pase a Willian, y veces en las que el receptor era Oscar. La indecisión rompía el sistema defensivo del Schalke.

 

El partido se convirtió en un festival de contragolpes, porque el Chelsea cedió gentilmente la posesión de la pelota, se protegió a nivel defensivo, y cada vez que robaba conseguía salir sin demasiadas dificultades. Ahí emergió la figura de Samuel Eto´o, que no se cansó de ofrecer apoyos largos para generar en el Chelsea la oportunidad de salir. Se escoraba a banda izquierda, recibía, combinaba con Schürrle, y ofrecía el desmarque en diagonal a portería. Fantástico en la interpretación del juego al espacio, pero también en los apoyos interiores para servir a la segunda línea. 

Además, entró Lampard, ésta vez como mediapunta, y volvió a deleitarnos con su visión de juego y el increíble aumento de su potencial cada vez que se acerca al área. Atrás le demandan, pero a Lampard el cuerpo le pide mirar a portería. El Chelsea, como hemos visto, siguió cometiendo errores, pero también generó soluciones, y eso es un paso más en su formación competitiva.