PERDIDOS


Dolorosa derrota del Chelsea en el Britannia Stadium frente al Stoke City de Mark Hughes. El equipo de José Mourinho mostró, sobre todo en la segunda mitad, una de las peores versiones de la temporada. El nivel actual de la plantilla no es alto, hay jugadores que todavía no responden y otros que se cansaron de responder. Los que respondieron ayer no responden hoy, y los hay que no responden nunca.

El Chelsea volvió a salir con el 1-4-2-3-1 habitual, con Ramires – Mikel en el doble pivote, Schürrle – Mata – Hazard en la línea de 3 mediapuntas y Torres arriba. La primera mitad no fue mala, al contrario. El Stoke no presionaba, se organizó en un repliegue muy bajo, cedió la pelota al Chelsea y se limitó a la segunda jugada -en realidad, la segunda jugada fue el recurso del que echó mano durante todo el partido, pero tuvo mucho más incidencia en la segunda mitad, y ahora veremos porqué-. Pese a que el resultado al finalizar los primeros 45 minutos era de empate a uno, el Chelsea, salvo algunas embestidas, tenía completamente controlado el partido. Es más, si hubiesen estado finos en la definición, la ventaja debería haber sido determinante. Pero aquí no jugamos a analizar qué hubiese pasado sino qué ha pasado. 

Eres el Stoke y es normal que te eches atrás, porque tu colectivo depende de una situación concreta que no impide un repliegue bajo, sino que se ve beneficiada. Sin embargo, y ya lo hemos dicho un par de veces, replegar frente al Chelsea sin presionar a la salida es facilitarles muchísimo el trabajo. 


Le metes en campo contrario -principal dificultad del Chelsea en ataque organizado-, y permites las recepciones interiores de los mediapuntas en zonas en las que son mucho más determinantes. Cuando al Chelsea le presionan arriba, alguno o algunos de sus mediapuntas tienen que bajar para conectar las líneas, para conducir, para llevar la pelota a su terreno. Si les das la opción de ganar metros sin oposición, los mediapuntas ya no tendrán que bajar y su trabajo se centrará en moverse entre líneas, desorganizar y lanzar desmarques para generar opciones de pase por delante de la línea de balón.



En la primera mitad, el trabajo de esa línea de 3 fue bueno, en cuanto a movimientos, independientemente de que uno de ellos, Juan Mata, no ofreciese algo ni remotamente parecido a lo que en realidad es como futbolista. Incluso Fernando Torres ofrecía constantemente apoyos para que los mediapuntas recibiesen la pelota de cara. El Chelsea era capaz de generar espacios a la espalda de la línea de presión del Stoke -una línea de presión, como hemos dicho, muy cercana a su propia portería- y llegaba a zona de definición sin excesivos problemas. Incluso Ramires, protegido por Obi Mikel, se animaba a llegar a portería tras arrancadas.

Además, el Chelsea sí presionaba a una altura considerable, y buscaba el robo muy arriba, llegando en pocos toques a la portería defendida por Begovic. Se consiguieron algunos robos aunque el equipo nunca presionaba de forma compacta. La primera línea de presión ofrece muy poca exigencia a los pasadores, que siempre encuentran líneas abiertas de pase a la espalda. La ausencia de jugadores como Oscar es fundamental a la hora de aplicar esos conceptos. El brasileño tira la línea y tiene la capacidad de tapar varias líneas de pase, lo que no tiene ninguno de los mediapuntas del Chelsea. Sin embargo, durante los primeros 45 minutos, la intensidad del Chelsea y la poca soltura del Stoke en el pase desde atrás camuflaron esa carencia y el equipo blue consiguió algunos robos importantes.



El Chelsea, como viene siendo costumbre, continuaba cargando el juego por su banda izquierda. Salvo algunas caídas de Hazard a banda derecha, Ivanovic dispuso del carril derecho para él solo, lo que, dado el nivel físico actual del jugador bosnio, no creemos que sea especialmente positivo. Pero lo cierto es que es un mecanismo de salida que se ha consolidado en el Chelsea.

En la segunda mitad, la imagen fue diametralmente opuesta. El Stoke cada vez ganaba más peso en el partido a través de Crouch + Ireland, que era el benefactor de todas las recepciones del espigado punta inglés. Eso permitió a los de Hughes salir cada vez más de la cueva y dañar el sistema defensivo del Chelsea. Sin embargo, parecía mucho más cerca el 2-3 que el 3-2. Entró Ba por un Fernando Torres participativo pero sin demasiado peso. Salió Schürrle -parece que lesionado- por Eto´o y Mikel por Lampard. Ahí llegó la equivocación de Mourinho. Si el cambio de Schürrle era obligado, está claro que la opción ideal no era Eto´o, y que Mikel era indispensable para proteger la dirección de las recepciones de Crouch. Mientras, Mata seguía andando por el campo sin generar una sola ventaja. La presión del equipo perdió fuerza, las líneas se distanciaron, y el equipo sufría muchísimo más a la espalda del doble pivote.


Así llego la merecida victoria del Stoke City, por un equipo que se olvidó la intensidad en el vestuario, y con unos cambios que, lejos de ayudar invirtieron la tendencia del juego, pero a peor. Sobre las jugadas a balón parado hablaremos largo y tendido en las próximas semanas. Se está preparando un vídeo para analizar las ABP y tratar de encontrar los errores que muestra la línea defensiva en este aspecto del juego. Mañana el Arsenal puede ponerse a 7 puntos, pero la Premier es una competición de fondo. La reestructuración es necesaria, y el mercado de invierno es una oportunidad fantástica para empezar a regenerarse. El Chelsea necesita a alguien que ponga orden desde atrás. De lo contrario, seguirán como hoy, perdidos. 

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