EQUIPO EN CONSTRUCCIÓN

En el fútbol, aunque la exigencia nos obligue a pedir demasiado en poco tiempo, a veces necesitamos ser pacientes. El Chelsea sigue enfrascado en su proceso de construcción futbolística, pero le está costando avanzar, aunque lo hace, a pasitos cortos. El equipo sigue cometiendo los mismos errores, pero poco a poco está generando nuevas soluciones que dan pie a pensar en una evolución colectiva. El partido frente al WBA no fue bueno, para nada. A nivel defensivo se concedieron demasiadas facilidades en la segunda mitad, el equipo no estuvo a la altura en la faceta de finalización, y la actuación del portero dejó mucho que desear. 

Aunque, por costumbre, nuestro cometido se centra en el análisis del partido, vamos a rescatar, sobretodo una idea que se desarrolló en el mismo y que creemos que puede llegar a tener continuidad, al menos como medida puntual hasta la llegada de un nuevo mediocentro o la recuperación de Van Ginkel. Hemos hablado hasta la saciedad de los problemas del Chelsea en ataque organizado. Muchos, de hecho, creeréis que ya estamos siendo excesivamente constantes en su tratamiento. No paramos de recitar soluciones, e incluso de analizar los movimientos de Mourinho que van orientados a potenciar ese concepto dentro del modelo global del juego del Chelsea FC. 

Está asentada en el fútbol la idea de que los equipos de Mourinho nunca han dominado el ataque organizado. Nada más lejos de la realidad. El Inter de Mourinho jugaba en posicional como muy poquitos lo hacían, y el Real Madrid de la 2011-2012 era una bestia atacando en organizado. Al fin y al cabo, y pese a que se les señalase erróneamente como un equipo de contragolpe, el ataque posicional era la fase que más acostumbrados estaban a desarrollar. El Chelsea no lo está haciendo bien en ese sentido, pero es un equipo aún en construcción, que necesita trabajar mucho más todos esos conceptos y maquinar nuevas posibilidades dentro de esa fase del juego. Faltan jugadores que potencien el concepto -un mediocentro de máximo nivel, por ejemplo-, pero Mourinho sigue buscando soluciones, pese a que éstas puedan ser circunstanciales.

En el partido frente al WBA pudimos rescatar dos detalles que nos parecieron sumamente interesantes de cara a la potenciación de esa fase del juego a la que estamos dando prioridad absoluta en Chelsea Scouting. Y de eso va a tratar éste artículo, de desarrollar esos dos detalles y sus posibles influencias –y su continuidad- dentro del equipo dirigido por el entrenador portugués. Analizamos pues la participación de Oscar en la base de la jugada, y un nuevo mecanismo de salida de balón basado en la carga de la zona izquierda del juego, buscando generar un aclarado en banda contraria que se activará en cambios de orientación, generalmente lanzados por Lampard y Oscar.

Esa situación se produjo sobre todo durante la primera mitad, y el Chelsea obtuvo con ella una nueva forma de salir desde atrás. Fue muy importante la participación de Ivanovic en la activación de esos espacios en carrera y la destreza en el golpeo de Oscar y Lampard, que rara vez fallaron en los cambios de orientación.

Al hilo de ese trabajo en salida de Oscar, y teniendo en cuenta que su participación en labores creativas aumentó respecto a otros partidos, no podemos obviar la idea de que el jugador brasileño pueda desenvolverse acompañando a Ramires en el doble pivote. Mantuvo mucho contacto con la zona de iniciación durante todo el partido, e incluso Mourinho lo colocó en esa zona cuando cambió a Demba Bá por Frank Lampard. Es innegable que es un jugador que tiene talento para sacar la pelota. Móvil, se ofrece bien en apoyos, jugador de recorrido, buena visión de juego… Le desconectas de la mediapunta, pero puedes paliar en cierta forma tus problemas creativos en zonas interiores. En fases de juego sin balón, además, es un futbolista muy intenso en la presión, con buena capacidad física, con talento para el robo.

En la búsqueda de nuevas soluciones, no descartamos que Mourinho intente algo con Oscar en el doble pivote, ni mucho menos. Es más, tenemos ganas de ver cómo se desenvuelve el jugador brasileño en esos quehaceres. Está claro que su mayor rendimiento llega cuando tiene algo más de libertad posicional, pero hablamos de una medida puntual, en espera de nuevas incorporaciones para solucionar problemas colectivos que amenazan con mermar la competitividad del bloque.

El Chelsea acabó el partido con un 1-3-5-2 que no dejó opción a demasiadas conclusiones. El invento de Oscar en el doble pivote no duró mucho, pero puede que no sea la última vez que veamos al jugador brasileño ocupando ese rol, con Mata en la posición de mediapunta. El problema es proteger la pérdida en las arrancadas de Ramires. Limitar a Oscar a una función de anclaje es reducir enormemente su potencial. Quizás la opción de David Luiz – Ramires es mucho más viable. Solo Mourinho lo sabe. El Chelsea sigue estando en proceso de construcción.