FALLÓ LA INTENSIDAD. DOMINIO TÁCTICO.


El Chelsea volvió a pinchar en hueso en su partido frente al Newcastle United. El equipo volvió a caer en los mismos errores endémicos de toda la temporada, y no encontró nunca la forma de establecer algún signo de superioridad sobre el juego. 

La primera mitad pareció un pacto de no agresión. El Chelsea vivía de los arreones de Hazard, que conseguía meter a su equipo en campo con conducciones por el carril central. El posicionamiento defensivo del Newcastle, que todo el partido estuvo orientado para salir a la contra impidió de forma efectiva los acercamientos del equipo entrenado por José Mourinho. El Chelsea sufría especialmente por los carriles laterales. El Newcastle orientaba su ataque a las zonas externas y conseguía llegar sin excesivas dificultades a zona de finalización. El sistema defensivo blue estaba fallando.

PRESIÓN DOBLE PUNTA

El Chelsea tuvo que iniciar el juego más veces de lo previsto. El Newcastle cedió la iniciativa, y el Chelsea se encontraba con una situación a la que generalmente no consigue acomodarse. 


El Newcastle efectuó una presión adelantada con la doble punta para dificultar la salida desde Terry – Luiz, y teniendo en cuenta que el equipo de Mourinho solo contaba con Ramires por delante, la única vía de escape eran las recepciones interiores de Willian – Oscar. El Newcastle conseguía robar arriba y el Chelsea sufría muchísimo a la espalda de su segunda línea. Situaban a 3-4 futbolistas, cada uno de ellos ocupando un carril del juego. Ruptura del sistema defensivo, múltiples alternativas de pase, y superioridad posicional. El Chelsea estaba vendido ante los duelos individuales.



LA ZONA DE RECHACE

Uno de los puntos destacables del Chelsea en su partido frente al Arsenal en la Capital One fue la capacidad de su línea defensiva para anular la segunda jugada. Rellenaban la zona de rechace. Ofrecían, en transición defensiva, una línea de pase vertical para facilitar SIEMPRE la salida limpia desde atrás tras robo, evitando que el equipo rival consiguiese efectuar una segunda jugada.


Frente al Newcastle, el Chelsea estaba demasiado partido cuando replegaba, y los urracas conseguían meter hasta 2-3 futbolistas entre mediocentros-centrales blues, dominando esa zona de rechace y facilitando, además del golpeo desde segunda línea, una posibilidad para, tras despejes en centros laterales, conseguir activar la segunda jugada.  Dominaban casi cada situación del juego.

IVANOVIC DE 9, DEFENSA DE 3

El Chelsea no encontraba la forma de hacer daño al Newcastle. Les costaba llegar, no conseguían generar prácticamente ventajas y el equipo sufría para producir peligro. La intensidad brilló por su ausencia. Cuando además de eso, el acierto técnico no existe, nos encontramos con un equipo a contracorriente, sin ideas. Mourinho entendió que había que lanzarse al ataque, y estableció una defensa de 3 (Luiz-Terry-Cole) con Ivanovic ocupando la posición de 9. 


El jugador serbio es un gran rematador de cabeza, y ante un equipo que no llegaba arriba, es comprensible que se busque a alguien que aproveche los centros laterales. Y, además, que posibilite una salida directa, teniendo en cuenta los problemas de los pupilos de Mourinho para salir desde atrás. La decisión, a nivel defensivo, fue una masacre, y acercó al Newcastle al 2-0. El Newcastle conseguía contragolpear con facilidad, tenía hombres por los 3 carriles del juego y atacaba siempre en superioridad numérica ante una defensa girada hacia su propia portería. 


El miércoles hay una nueva oportunidad para seguir construyendo un equipo. El Chelsea sigue sufriendo sus males endémicos, y Mourinho no termina de dar con la tecla para hacerles cada día más competitivos. Lo que sí está claro es que ante el Newcastle falló lo que nunca puede fallar en el Chelsea: la intensidad.

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