EL CHELSEA MÁS CONTROLADOR


El Chelsea ganó sin demasiadas preocupaciones al Steaua de Bucarest en un partido de buen nivel de los de Mourinho. Más intensidad en la presión, mejores recursos en el robo, más dinamismo a la hora de generar opciones de pase y más coordinación en los movimientos sin balón. Concedió algunas ocasiones, eso sí, dejando descubierta la espalda de la línea defensiva, pero el balance global fue bastante positivo.

Fue el Chelsea más controlador de la era Mourinho. Ya frente al Southampton ejerció de tales dotes, pero ayer, además, consiguió traducir el control en seguridad defensiva. Los tantos por cientos de posesión son siempre anecdóticos, porque no reflejan el dominio de un partido, pero el Chelsea alcanzó ayer el 69,4 %, un equipo que no suele pasar del 55 %. Además, los dos jugadores que más se pasaron el balón entre sí fueron Terry y David Luiz. El dato puede ofrecer una lectura clara, que sería la falta de profundidad colectiva, la ausencia de ideas para avanzar en la fase de progresión del juego. Sin embargo, el Chelsea no tenía dificultades para llegar arriba. La realidad es que la presión del Steaua fue tan inexistente, que el Chelsea no encontró problemas en tocar atrás, marcar el tempo, dormir el partido, y revolucionarlo con cambios de ritmo proyectados siempre desde las zonas laterales.

El 1-4-2-3-1 volvió a ser el sistema elegido. La defensa, eso sí, no fue la habitual. David Luiz sustituyó a Cahill y Cole hizo lo propio con Azpilicueta. El partido de Luiz fue significativamente bueno. En una defensa adelantada, contar con un jugador con esa velocidad en el repliegue nunca sobra. Se anticipó, hizo coberturas, conducciones, sumó en la salida de balón, y sorprendentemente, fue el jugador al que todos buscaban. Ya comentamos en el análisis del partido frente al Stoke City que la primera línea de presión del Chelsea ofrecía demasiadas facilidades al rival, que siempre encontraba líneas de pase abiertas a la espalda de la presión. También decíamos, conocedores de la capacidad del brasileño, que la entrada en liza de Oscar era fundamental para disimular, sino eliminar por completo, esa carencia. El Chelsea volvió a poner en marcha los achiques laterales. Presionaba, pero buscaba encerrar al rival en su banda, no le dejaba salir por dentro. El Steaua casi nunca salía con ventaja y el Chelsea lo agradecía, porque vivió en campo rival durante todo el partido, también gracias al repliegue bajo en el que se organizó el equipo rumano. 


Visto que los avances interiores no tenían mucho éxito, el Chelsea activó las salidas laterales más que nunca. Tenía dos mecanismos para llevar la pelota a 3/4 de campo: el primero era, precisamente, la salida lateral, con el extremo ofreciendo apoyos por fuera. El segundo, los extremos cerrados en fase ofensiva llevando la pelota arriba en conducciones. Oscar y Willian fueron, en este caso, los más participativos, porque son los dos futbolistas que mejor conducción de balón tienen, a excepción de Hazard.



El Chelsea vivía en campo contrario sin dificultades, tocaba y tocaba con paciencia, sin apenas oposición, controlando la pelota y los espacios. Las llegadas se sucedían en cambios de ritmo, conducciones, balones en largo buscando apoyos exteriores de Ba, e incluso en segundas jugadas, con Lampard aprovechando la llegada. El jugador inglés buscó con insistencia el disparo de media/larga distancia. Con Mikel anclado, y vista la poca exigencia a nivel defensivo del Steaua, Frank se soltó mucho más y pisó la corona del área con asiduidad. 


En definitiva, el Chelsea defendió arriba -beneficiado por la presencia de David Luiz-, tuvo la pelota más que nunca -aunque sin demasiada oposición del rival y en zonas de poco peligro-, buscó controlar el partido, activó las zonas laterales para la salida, y las interiores con conducciones de Willian - Oscar, Lampard jugó más suelto cargando el área y la zona de rechace y el equipo presionó de forma más coordinada. El nivel del rival, obviamente, permitió al Chelsea esas fases prolongadas de recuperación física durante el partido. Diciembre es un mes duro, y Mourinho sabe que las recuperaciones empiezan en los propios partidos. La situación lo permitía, con un contrario blando y una clasificación asegurada.

No fue un partido para extraer excesivas conclusiones. La victoria permitió al equipo conseguir el primer puesto en la fase de grupos y librarse de los cocos en octavos de final, algo fundamental para seguir compitiendo. Eso sí, vimos al Chelsea más controlador de la temporada. Habrá que observar si fue algo puntual o hay opciones de que se prolongue. 

0 comentarios:

Publicar un comentario